«Las formulaciones poéticas de Donne, sus figuras retóricas son siempre punzantes. Se dice que, cuando predicaba sobre la muerte, había gente que se desmayaba, porque hacía tocar la realidad con sus palabras, incluso si a veces hace sus juegos barrocos, no importa. Es como si jugara a la esgrima, pero es seguro que nos tocará el alma con la punta del puñal» (Correspondencia, 2011).