Es el segundo libro de microrrelatos de Jiménez Lozano y el quinto volumen de cuentos. La unidad de esta colección deriva del protagonismo de las mujeres en los cuentos y de la organización del libro: «Retratos de mujeres antiguas», es el apartado más extenso y está formado por veintitrés cuentos. Se trata de figuras bíblicas: los veinte primeros retratos corresponden a mujeres del Antiguo Testamento, mientras que los tres últimos se refieren a mujeres del Nuevo Testamento que se ordenan según la concepción de las genealogías bíblicas. A este apartado le suceden: «Retratos de mujercillas», «Retratos de mujeres silenciosas», «Retratos de mujeres parleras y cuchicheadoras», «Retratos de mujeres que ríen», «Retratos de mujeres con secretos», «Retratos de mujeres misericordiosas». Todas ellas pintadas con una fisonomía propia y según su dignidad indestructible, aun en los casos en que hayan sido humilladas.
