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José Jiménez Lozano. In Memoriam

José Jiménez Lozano falleció la madrugada del 9 de marzo, en Alcazarén. Desde la coordinación de la web oficial de José Jiménez Lozano, invitamos a lectores, amigos y discípulos al envío de un texto de homenaje a la persona y/o la obra del escritor español. El envío se hará a la siguiente dirección: contacto@jimenezlozano.com

Madrid, a 10 de marzo de 2020


Querido don José:

Ya van dos días después de su viaje y no he podido decirle adiós. Eso no se hace ¿O sí que se despidió y yo no me di cuenta? Ya me aclarará este extremo. A mí me parece que se marchó silencioso, sin avisar, y nos dejó llorando. Vino aquella señora, la de los espejos, toda enfundada en negro y con zapatos rojos de tacón alto, llevaba una tijerita en el bolso, es una ladrona astuta y nunca se la espera. Se lo llevó. Nos dejó llorando. Las mujeres solo saben llorar. Usted diría -ya lo estoy imaginando- que solamente las mujeres saben llorar, es un matiz importante y así es.

He mirado y remirado, he leído y releído, he buscado y rebuscado, sentada detrás de mi ventana, en un Madrid recluido y desolado por el Coronavirus, sus garzas de porcelana y sus gatitos corteses, sus hogueras devastadoras y sus pañuelos de sangre. He revisado sus almendros obstinados y sus cucos reidores, sus cabos de vela y sus fruteros azules. Me he enfadado con sus monarcas injustos y padecido son sus bobas de corte, he compadecido a Zuleika y al incauto Jonás, he comprado berros y esperado la "noticia" viendo la televisión, he visitado a la señora que abriga a los tomates y a la maestra que abona sus plantas, he comido aceitunas en Viernes Santo mientras movía las cenizas, he ido a la fuente a comer moras y al pinar a ver la querencia de los búhos. Y solo Dios sabe cuándo se las oiré a usted decir otra vez estas historias con palabras nuevas. Ya se hace larga la espera. Ya no me anunciará que me envía algo nuevo o que me espera tal día y a tal hora en su pequeño "Port-Royal" o debajo de los azulejos mozárabes. Ya no me explicará la pata de cabra ni me llevará a ver una virgencita románica. Tampoco me responderá a mis preguntas ni oiré su voz. No lo veré beber coca-cola, ni refunfuñar porque Dora le pone verduras. Y por eso sí, le confieso que Pèguy y usted tienen razón: las mujeres solo sabemos llorar.

Y ¿sabe?, tengo una pregunta que hacerle y no puedo dejar de escribirle. No es urgente, pero sí importante. Sé que se las ingeniará para respondérmela. No será por este veredero, como usted llamaba al correo, pero cuando halle el modo, lo hará con magnanimidad y, entonces, yo volveré a Alcazarén a decírselo a los suyos que ahora son también un poco míos. Es una cuestión que no pude hacerle hace unos días, ni hace meses, ni siquiera cuando le conocí. Y ahora me atrevo: don José, ¿ha llegado a Emaús? ¿Ha llegado a conocer a Ese que iba con nosotros cuando charlábamos en su cuarto de estudiar o me recibía en el jardín o cuando tomábamos café debajo del sauce o comíamos en Olmedo? A Ese que Eliot llamaba el "third". ¿Se acuerda?



Who is the third who walks always beside you?
When I count, there are only you and I together
But when I look ahead up the white road
There is always another one walking beside you
Gliding wrapt in a brown mantle, hooded
I do not know whether a man or a woman
-But who is that on the other side of you?

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¿Quién es ese tercero que camina siempre a tu lado?
cuando cuento, sólo somos dos, tú y yo, juntos
pero cuando miro delante de mí sobre el blanco camino
siempre hay otro que marcha a tu lado
deslizándose envuelto en una capa parda, encapuchado
no sé si es un hombre o una mujer
- ¿pero quién es ése que va a tu lado?



En el camino con usted siempre ha estado este tercero, es verdad que andaba encapuchado, cubierto con un manto grueso y pardo, pero siempre ha estado a nuestro lado. Dígame ahora cómo es: ¿se ha quitado la capucha? ¿Le ha visto la cara? ¿Qué le ha contado? ¿Cómo le ha recibido? De lo que sí estoy segura es de que ya le estaba esperando y cuando le ha visto entrar en su estancia se ha alegrado mucho. Ya sabe, Él dijo: "en casa de mi padre hay muchas estancias". Y ahora, dígame, ¿cómo es la estancia que Él le ha preparado? ¿ha sido la espera en vano o ha merecido la pena? Recuerdo que antes de conocerlo, usted esperaba ese Emaús:


Haces el camino de Emaús,
solo o acompañado, con frecuencia;
y ningún desconocido se unió al viaje,
nunca.
Más Emaús está aún lejos;
quizás más adelante ocurra


Eso lo escribía antes de 2005, pero déjeme recordarle que usted y yo si hemos hecho ese camino de Emaús, muchas veces, aunque es verdad que ese tercero no se había quitado el manto. Por eso, dígame, ¿ya lo ha hecho?


Suya siempre,


Guadalupe






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Presentación

José Jiménez Lozano nació en Langa, Ávila, el 13 de mayo de 1930. Es escritor y periodista español. Estudió Derecho y Periodismo; ejerció como redactor, subdirector y director del periódico El Norte de Castilla. Ha sido colaborador asiduo de otros periódicos nacionales (El País, ABC y La Razón) y regionales (grupos Vocento y Promecal) y en la revista Destino.

Su obra es extensa y variada. Ha publicado veintiséis novelas, doce libros de cuentos, nueve poemarios y siete diarios. En 1988 recibe el Premio Castilla y León de las Letras, y un año después el Premio de la Crítica por El grano de maíz rojo. En 1992 obtiene el Premio Nacional de las Letras Españolas y, en 1999, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. En 2002, es galardonado con el Premio Miguel de Cervantes de las letras españolas por su trayectoria. En noviembre de 2017, el papa Francisco le concede la cruz 'Pro Ecclesia et Pontifice'. Su obra ha sido traducida al francés, al alemán, al italiano, al inglés, al checo, al ruso, al islandés y al holandés.

Su primera novela es Historia de un otoño (1971), en la que cuenta la libertad de un grupo de mujeres en el alba de la Modernidad, cuya resistencia llevó a la destrucción de la abadía francesa de Port-Royal des Champs. La segunda, El sambenito (1972), narra los dramas del último proceso inquisitorial en España, el del ilustrado Pablo de Olavide. Tiene una colección de novelas sobre la guerra civil y la posguerra: La salamandra (1973), Duelo en la casa grande (1982), Un hombre en la raya (2000), Retorno de un cruzado (2013), Se llamaba Carolina (2016). Otra serie es la de las historias que recrean textos bíblicos, entre ellas: Sara de Ur (1989), El viaje de Jonás (2002), Libro de visitantes (2007) y Abram y su gente (2014). Un conjunto importante de sus novelas muestra conflictos antiguos y nuevos: Parábolas y circunloquios de Rabí Isaac Ben Yehuda (1325-1402), La boda de Ángela (1993), Las sandalias de plata (1996), Los compañeros (1997), Ronda de noche (1998), Las señoras (1999), Los lobeznos (2001), Carta de Tesa (2004) y Agua de noria (2008). Lo que se podrían llamar historias fabulosas constituyen otra parte de su obra: Relación topográfica (1992), Maestro Huidobro (1999), Un pintor de Alejandría (2010). Ha dedicado tres de sus textos a maestros de nuestra literatura San Juan de la Cruz, Miguel de Cervantes y Santa Teresa: El mudejarillo (1992), Las gallinas del licenciado (2005) y Precauciones con Teresa (2015), respectivamente y ha escrito una biografía a Fray Luis de León (2001). Memorias de un escribidor (2018) es una autobiografía fabulada.

Ha publicado varios volúmenes de cuentos, como El santo de mayo (1976), El grano de maíz rojo (1988), Los grandes relatos (1991), El cogedor de ancianos (1993) y Un dedo en los labios (1996), protagonizado íntegramente por mujeres. Y los más recientes: El ajuar de mamá (2006), La piel de los tomates (2007), El azul sobrante (2009), Abram y su gente (2014) y La querencia de los búhos (2019). Tom ojos azules es un cuento publicado en 1995 y adaptado en 2016 como libreto de una ópera para niños, por el compositor John Craton. "El paseante, o Ester recontada" es un relato bíblico, publicado en 2012 junto al facsímil de un rollo de El libro de Ester, de la catedral de Madrid.

Ha estudiado nuestra historia y ha abordado los temas hispánicos más espinosos: los procesos de la Inquisición, la convivencia entre judíos, moros y cristianos en la Península, la guerra civil española, la tiranía de lo políticamente correcto. Al mismo tiempo ha relacionado nuestra historia con otros procesos culturales europeos, como por ejemplo, la llegada de la Modernidad y la Revolución francesa, la secularización europea y las consecuencias de los totalitarismos del siglo XX. Entre sus ensayos destacan Los cementerios civiles y la heterodoxia española (1978) denuncia de la intolerancia religiosa y un reclamo de la libertad. Sobre judíos, moriscos y conversos (1982), Guía espiritual de Castilla (1984) y Ávila (1988) son tres estudios sobre los problemas de convivencia y la tolerancia cotidianas en la historia castellana; El narrador y sus historias (2003) recoge unas conferencias sobre el quehacer literario; Los ojos del icono (1988), Estampas y memorias (1990) y Retratos y naturalezas muertas (2000) son reflexiones sobre el arte y la pintura, el segundo título es el alma literaria de las exposiciones de arte en Castilla y León, denominadas "Las edades del hombre". Ha escrito dos biografías una sobre Juan XXIII (1973) y otra sobre Fray Luis de León (2001) y dos recopilaciones de ensayos misceláneos: Obstinación del almendro (2012) y Siete parlamentos en voz baja (2015). Además de cuatro recopilaciones de artículos de periódicos: La ronquera de Fray Luis y otras inquisiciones (1973), Retratos y soledades (1977), Ni venta ni alquilaje (2003) y Buscando un amo (2017).

De su gusto por el coloquio y la charla como forma de conocimiento, se han publicado dos libros entrevista -Una estancia holandesa. Conversación con Gurutze Galparsoro (1992) y Las llagas y los colores del mundo. Conversación con Guadalupe Arbona (2011)- y las cartas que intercambió con el historiador Américo Castro -Correspondencia 1967-1972. Américo Castro y José Jiménez Lozano (2020)-. Asimismo, tiene numerosos artículos sobre escritores y escritoras, entre los cuales: Kierkegaard y Unamuno, Azorín y Flannery O'Connor, Emily Dickinson y Antonio Machado, Cervantes y Pascal, las Brontë y los narradores de la Biblia, Spinoza y Sushako Endo, etc.

Es autor de nueve poemarios. Los tres primeros de verso desgarrado, muestran las heridas de la historia y la caducidad de las cosas: Tantas devastaciones (1992), Un fulgor tan breve (1995), El tiempo de Eurídice (1996). Los siguientes, de versificación breves y transparente, celebran la naturaleza, hacen retratos de poetas y ´cómplices literarios' y recogen momentos y cosas sencillas: Pájaros (2000), Elegías menores (2002), Elogios y celebraciones (2005), Anunciaciones (2008), La estación que gusta al cuco (2010), Los retales del tiempo (2015).

Además, ha escrito varios tomos de diarios, que el autor denomina cuadernos o libros de cavilaciones porque su intención es la de acompañar al lector que se acerque a ellos. Son Los tres cuadernos rojos (1986), Segundo abecedario (1992), La luz de una candela (1996), Los cuadernos de letra pequeña (2003), Advenimientos (2006), Los cuadernos de Rembrandt (2010), Impresiones provinciales (2015), Cavilaciones y Melancolías (2018) y Evocaciones y presencias (2020) .

Además de otros galardones recibidos ("Miguel Delibes" de Periodismo, Fundación Troa, Premio ¡Bravo! de la Comunicación, "Luca de Tena", La corona de Ester, etc.) forma parte del Patronato del Instituto Cervantes y de la Residencia de Estudiantes.

Las obras de José Jiménez Lozano están escritas en un castellano sencillo y su lengua actualiza la tradición oral hispánica. Las huellas de tres de nuestros clásicos están muy presentes: Cervantes, Teresa de Jesús y fray Luis de León. En la obra del escritor, se descubren huellas del narrador cervantino, se participa de la llaneza teresiana en el contar y de la prosa frailuisiana. A la sencillez de la lengua y a la presencia de los clásicos, se suman los referentes universales que nutren su mundo y le llevan a enriquecer su escritura con otros territorios: los orientales del mundo bíblico, los rusos de Dostoyewski y Tolstoi, el francés de Pascal y el jansenismo, los europeos de Spinoza, Kierkegaard y los islandeses, los norteamericanos de Emily Dickinson y Flannery O'Connor. El mundo imaginario del escritor nace en este crisol de territorios y personajes. Cosa que da lugar a una gran variedad genérica: fábulas imposibles, relatos históricos, recreaciones bíblicas, historias sociales. Sus personajes están siempre escogidos de entre los más pobres y desvalidos porque el escritor quiere ennoblecer su palabra dando la voz a los seres de desgracia, la escritura consiste precisamente en hacer memoria de ellos. Los poemarios van del grito ante las atrocidades de la historia a la celebración de la naturaleza y el elogio de personas. Los diarios y ensayos dan razón de la sabiduría en la que se basa su quehacer literario, de la lucha por la libertad, centro y motor de sus trabajos históricos, y de su amor por el arte. La trayectoria artística y literaria de José Jiménez Lozano ha llegado a los lectores que han descubierto la riqueza de su arte y ha abierto un espacio de libertad en el panorama cultural español. Hoy se le puede considerar maestro de escritores españoles contemporáneos.

El escritor fallece el 9 de marzo de 2020 en Valladolid. Escribió para que quedase huella de la vida los pobres y menesterosos, esos que ocupan los márgenes de la historia. Su palabra quería dejar memoria de sus vidas. Su amor por lo otro es la génesis misma de su escritura: una continua conversación consigo mismo, con los otros, con las cosas entorno y con lo Otro. Se definió a sí mismo como un converso al cristianismo, había recuperado la fe de sus padres de una manera existencial y dramática (en diálogo con el ateísmo europeo y los hombres de fe franceses). La conciencia de ser amado por Dios fue a la vez agradecida y dramática. Se sentía hijo de la Iglesia a la que decía amar como a las niñas de sus ojos, cosa que le había hecho reclamar la libertad religiosa y criticar con dolor los episodios de nuestra historia en donde el acceso a la verdad no era una decisión libre. Tenía una alegría contagiosa, una capacidad de abrazo a todos, una razonabilidad y capacidad crítica incansables, una pobreza de espíritu que lo hizo extraño a las pompas del mundo. Nos deja un legado inmenso para nosotros y las generaciones venideras.

[GA]
Una pequeña ofrenda

Una pequeña ofrenda

Por lo que me dicen, en el encabezamiento de una página web que se me dedica, aparte de expresar, como va de suyo, mi agradecimiento a quienes la han hecho posible, porque al fin y al cabo se me hace un regalo o un don, debo algo así como iniciar la parleta con quienes se acerquen a esa página, y, desde luego, sé muy bien que, como escribía Simone Weil, lo más que se puede ofrecer a un ser humano es la atención. ¿Cómo no lo agradecería igualmente?

Y mi deseo, por lo demás, es que nunca pierda lo que es más exigible a quien escribe, que es que no llegue a ofrecer banalidad ni se aparte de mí el temor de ello. Y así, no es que me lance a salir al gran océano informático; estaré muy a gusto en el "Mare Nostrum", como una isla en una lagunilla, pero con el agua que Homero vio que tenía una sonrisa innumerable.

Con mi respeto y amistad

José Jiménez Lozano

Una web muy especial

Es para mí un honor y una inmensa satisfacción, como abulense y Consejera de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, presentar esta web dedicada a José Jiménez Lozano, uno de los grandes escritores de nuestra Comunidad, de España y de toda la comunidad de hispanohablantes. El Gobierno del que formo parte, a través de la Fundación Siglo para las Artes de Castilla y León, está comprometido en la proyección exterior y el fomento de nuestra cultura. Dar a conocer la obra de un autor como Jiménez Lozano contribuye de un modo especial a ello. Es además convergente con nuestro propósito de convertir el español en un activo esencial y una herramienta para el desarrollo de Castilla y León como referente en la enseñanza de nuestro idioma a extranjeros.

Leer a Jiménez Lozano es recuperar el castellano. El autor, a través de una prosa transparente y una poesía cristalina, descubre el resplandor y riqueza de la realidad que nombra. Ha sido galardonado con los premios más prestigiosos de la lengua española: Premio Cervantes en 2002, Premio Nacional de las Letras en 1992, Premio Nacional de la Crítica en 1989, Premio Castilla y León en 1988. Fue director de El Norte de Castilla y es columnista de los principales periódicos españoles.

Esta es una web muy especial porque ha sido autorizada por el autor, que ha colaborado en su elaboración. El internauta encontrará interesantes recursos: una biografía, una cronología, una revisión crítica de sus obras y una copiosa colección de documentos  inéditos. Es una página informativa y elegante, dirigida por Guadalupe Arbona, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, que cuenta con la colaboración de profesores y críticos de universidades europeas y americanas.

Alicia García
Consejera de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León