23-10-2017 / J. Blanco - La Razón (Valladolid)
El Premio Cervantes, el abulense José Jiménez Lozano, acaba de ser reconocido con la medalla «pro Ecclesia et pontifice», otorgada por el Papa Francisco por su prolífica trayectoria literaria y periodística, su papel en la gestación de Las Edades del Hombre y su «ejemplaridad» como persona y como cristiano.
Una distinción que recibirá el próximo sábado 4 de noviembre, a partir de las once de la mañana en el Arzobispado vallisoletano de la mano del cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, quien ha sido la persona que trasladó la candidatura al Santo Padre. Candidatura «compartida por numerosas personas» y convencido de que el galardón será muy bien recibido, dado el común reconocimiento de la sociedad a la persona y la obra del colaborador de LA RAZÓN, afincado desde hace bastantes años en la localidad vallisoletana de Alcazarén.
Ricardo Blázquez solicitó la medalla para este «intelectual cristiano con exigencias de superación y reforma», que participa de manera activa «en la vida de su parroquia y se ha manifestado siempre como hijo de la Iglesia» y cuyo modo de vida es «sobrio y discreto por tres razones fundamentales.
La primera es su «asombrosamente» larga y cualificada trayectoria profesional, reconocida por innumerables premios y en el que abarca «la corresponsalía en Roma durante el Concilio Vaticano II; la evocación de figuras bíblicas; el estudio de personajes como San Juan de la Cruz o Fray Luis de León y llegando a la dirección de El Norte de Castilla».
El segundo gran argumento, según se destaca en un comunicado del Arzobispado de Valladolid, es «su relevante colaboración en la gestación y realización de las primeras exposiciones de Las Edades del Hombre, en lo que supuso un proyecto sorprendente que se convirtió en un éxito rotundo y que a día de hoy sigue atrayendo a miles de visitantes.
Y una tercera motivación para la solicitud de este reconocimiento y su concesión es la «ejemplaridad» de literato como persona y como cristiano. «El reconocimiento que solicito -enfatiza Ricardo Blázquez- sería muy elocuente en la situación actual de nuestra sociedad. Cuando entre nosotros se tiende a olvidar las raíces cristianas de Europa, y a marginar la obra de la Iglesia en el presente y en el pasado, es muy significativo subrayar el empleo de personas como el candidato, que ha unido magistralmente su fe, sus manifestaciones culturales y artísticas y el mensaje de nuestro tiempo».
La medalla «Pro Ecclesia et Pontifice» fue instituida por el Papa León XIII, en 1888, con motivo de sus de bodas de oro sacerdotales.