Retorno de un Cruzado relata el regreso de Pedro Manuel Martín Lodares que vuelve a casa aquejado de tristeza y melancolía, después de sus varias “cruzadas”. Las historias del protagonista son recogidas por su sobrino, a la vez narrador, de entre las muchas conversaciones que él y su hermana mantienen con el tío Pedro. En estos coloquios, los chicos escuchan a su tío, médico, viajero y amante, al que le duele un mundo partido por su eje, por la división y las guerras, y en el que los pobres y los débiles son la irrisión de la historia. Ha padecido la Guerra Civil española -en los dos bandos y sin ser de ninguno-, ha amado intensamente, y añora la educación que recibió en la singular ciudad de Oleza. Allí se asomó a las historias de los caballeros que fueron a Tierra Santa y a su vuelta no pudieron reconocer el mundo que habían dejado. Como ellos, Pedro quiere recuperar la cruz que carga con la sangre y el mal de su mundo. La novela, fruto de un coloquio a ratos cruel y desgarrador, a ratos tierno y hermoso, revela la intención de Pedro de dejar constancia del mundo que ha visto y de su frágil y discreta esperanza.