El autor dedica a cada uno de los cómplices espacios y formas de aproximación diferentes. Puede acercarse a ellos mediante un estudio racional y metódico, en ensayos y artículos periodísticos, o a través de diálogos implícitos y explícitos en sus obras de creación literaria. La rica intertextualidad de citas, juegos, referencias y conversaciones, los diferentes niveles y la variedad de recreaciones de escrituras anteriores, constituyen un tema pendiente de estudio. No es lo mismo glosar a San Agustín en un artículo de juventud, que reunir a Pascal, Spinoza y Hegel ante el Niño Jesús en Libro de visitantes. No es lo mismo participar en un prólogo-coloquio para una recopilación de cuentos de Flannery O'Connor, que encabezar una novela -Las señoras- con una cita de P. Citati sobre ella. Tampoco es lo mismo recrear en un cuento muy breve el recuerdo que impulsó a la mujer de Lot a volver la mirada en Un dedo en los labios, que levantar la figura de Sara a partir de un versículo bíblico, etc. La intención del autor es explícita: «Siempre he tenido la impresión, por el contrario, de que escribía para los muertos, y de que lo que importa es su juicio. Y a él me he atenido. O al de las propias voces que me han hecho escribir, el de los rostros que he visto y de los que he hablado. En realidad, son sólo ellos los que tienen derecho a hablar y ser escuchados sobre mis historias sobre ellos mismos, y los veo sentados en derredor mío para juzgarme en compañía, desde luego, de todos aquellos hombres y mujeres que son mis cómplices en los sueños, en los desesperos, en los hallazgos, en la urdimbre, en la escritura, en la vida» ("Por qué se escribe", 1992).
En este sentido, la tensión y el drama de la escritura descansan en la pregunta que Jiménez Lozano se hace: «¿seré digno de ellos?» ("Por qué se escribe", 1992). Es decir, ¿será digno de los cómplices, de los maestros? Porque son ellos quienes le enseñan a partir de esta pregunta que atraviesa todo el oficio y llega más allá, hasta el vértice de la creación literaria: una presencia real y único crítico atendible.
[GA]
