Poética

 

La razón última que hace de este oficio una tarea tan comprometida es que su dinámica parte de la concreción de los saberes manuales e instrumentales. En primer lugar, «supone andar metido en esas responsabilidades de la lengua para nombrar al mundo» ("Palabras y baratijas", 2003); en segundo lugar, implica saber conjugar, ordenar y estructurar las historias: «de todos los sueños y enigmas de los hombres; una callada armonía de voces y decires, historias de mil vidas que, al decirse, implican otras vidas, y otros tiempos, y todos los anhelos del vivir desviviéndose, en ínsulas extrañas, las de los adentros, en las que aquellas historias se sajan y revelan; o quedan en el misterio enquistadas» ("Palabras y baratijas", 2003).
Este proceso está siempre sometido a una tensión mayor, la horizontal, y de la que no se puede prescindir si se quiere que la cosa -ya sea cesto, zapato, silla, botón, pieza de barro o de madera, joya o tejido- responda a su naturaleza y aspire al infinito. Es un oficio que supone tener «los pies en el jardín de casa, y tocando con un dedo en las esferas del cielo» ("Palabras y baratijas", 2003). Este difícil equilibrio requiere la ascesis del escritor.

[GA]

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